Pruebas de autos argentinos

Eniak Antique VW 1800 - 1984 El poder de la ilusión Revista Corsa Nro 945. Julio de 1984 Publicado en Test del Ayer en Marzo de 2011

Bajo un aspecto y un "sentimiento" de la década del ´30 se esconde un auto deportivo que dará mucho que hablar, merced a un prolijo desarrollo técnico

El requisito para leer este ensayo es librar la mente del tropel de prejuicios que se abalanzan sobre ella al mismo instante de tener contacto por primera vez con el Antique. Fenómeno que se ha repetido invariablemente con cada uno de nosotros.

Pero a medida que nos fuimos identificando con el auto se nos fueron dando vuelta pautas que reconocíamos como fijas y este coche se encargó de cambiar.
El Antique es una prueba del poder de la ilusión cuando se aúna con la inteligencia.

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La idea básica y varios desafíos

Aparte del problema básico que implica hoy día tratar de llevar adelante proyectos industriales -de cualquier tipo-, el "operativo Antique" tenía escollos propios difíciles de sortear.

La idea nació en la mente de Luis Gaggino, a la sazón dueño de la idea y los medios para lograrla, pero hacía falta gente que fuera capaz de plasmar en la realidad esos sueños.

Así aparece en la escena Pedro Campo, convencido por los argumentos de Gaggino pero llevado a su vez por su propia ilusión (al fin y al cabo, para ser diseñador hay que ser primero un soñador experimentado). Campo dejó su cómodo y seguro empleo en SEVEL para ser el Nro 1 del proyecto Antique. Y casi como por carácter transitivo, Alain Baudena surgió como el hombre para hacer tangibles las ideas merced a su habilidad artesanal.

Con este trío en funcionamiento la gran piedra se echó a rodar. Y al cabo de unos meses de trabajo el prototipo vio la luz y tomó contacto con las calles.

Pero la preocupación no se agota en el campo técnico, sino que la misma seriedad se volcó en el plano comercial, creándose una cadena de concesionarios y servicio de post venta que entró en funciones antes de que los primeros autos salieran de la línea de montaje. Todos aquellos que se han ido sumando al proyecto destilan convencimiento de que el Antique no es simplemente un auto más.

Y no es un auto mas...

El mercado para este auto es reducido. En principio, porque sus características no son precisamente las de un sedán familiar, así que si usted tiene cinco hijos, mejor piense en una rural como primer auto.

Para dejar las cosas en términos más claros, el Antique está dirigido a aquella franja potencialmente compradora de una moto de gran cilindrada. Pensando un poco en las desventajas de éstas (como el número de pasajeros, por ejemplo), se tendrá una idea bastante acertada de las cosas que no se pueden hacer con el Antique, aunque son muchas otras las que sí se pueden hacer y que la moto no permitiría; pero por ahí anda la cosa.

La idea básica fue construir un auto con todo el aspecto y el estilo de época, pero con las comodidades y seguridades de un auto moderno. Fácil de decir, pero no tan sencillo de lograr. Se eligió el estilo de automóvil deportivo de los años treinta y astutamente no se pensó en reproducir un auto determinado, sino precisamente el estilo de la época. De esta manera no aparecían limitaciones en función de la fidelidad, sino que se dejaba campo libre a la creatividad para lograr el fin elegido (el auto moderno con apariencia de antiguo).

Chasis tubular del Antique sin forrar; se aprecia el diseño y se adivina la forma definitiva del auto.

Y precisamente en este aspecto es donde aparecen los más grandes hallazgos del Antique; porque indudablemente lo más difícil de todo era lograr que el auto realmente "se sintiera" -esto es, que tuviera su espíritu- un auto de época. Porque si bien no es tarea sencilla conseguir un diseño que doble bien, frene, etc., no sorprende demasiado.

Lo que sí impacta a quienes gozamos de los autos es la sensación de antiguo que transmite el Antique, algo que solamente quienes hayan tenido oportunidad de poseer un auto restaurado (o sean lo suficientemente sensibles) podrán captar. El volante, los mandos, la butaca, el freno, hasta la porción de los guardabarros, que se ven desde el cockpit, el radiador con tapa, etc. hacen olvidar que bajo la forma estilizada se encuentran elementos que los viejos autos del 30 no osaron soñar nunca.

La parte modernita

Dejado de lado el aspecto más lindo del auto (para nosotros, por lo menos), la parte modernita es otra fuente de sorpresas. Comenzando por el confort de marcha, que resulta muy bueno a pesar de que las suspensiones deportivas no son blandas. Las butacas son uno de los secretos de ese confort; reproduciendo el estilo de época sobre la base de una butaca de las que Baudena instalaba en sus autos de carrera, al fin se consigue por ambos lados, estética y prácticamente. La posición de conducción es muy buena, el espacio para las piernas permite largos viajes sin cansarse (la posición de manejo no es "acostada" y eso contribuye).

La personalidad deportiva del Antique alcanza uno de sus puntos culminantes a la hora de doblar. Asimismo, su buen despeje del suelo y robustez le confieren aptitud para circular por todo tipo de caminos. De hoy... o de ayer

Como es natural en este tipo de autos, la accesibilidad con la capota colocada es bastante dificultosa, sobre todo en caso de personas de porte respetable. Esto no debe sorprender, sino que hay que tomarlo como es: los autos deportivos de la época eran así. Incluso se ha cuidado el detalle de que las puertas abran hacia atrás, como corresponde.

La parte negativa de ese acto complicado que es subir o bajar, podría disminuir sensiblemente con alguna manija estratégicamente colocada (que evite colgarse del volante o parabrisas). Otro detalle que molesta es que la cerradura de puertas está muy expuesta y en un lugar crítico provocando roces al subir o bajar, golpeando las rodillas del ocupante. Y ya que estamos, acotemos que también sería necesaria una manija para tirar de la puerta al cerrar, ya que con la capota y ventanillas de lona colocadas, no hay de donde tomar la puerta.

Pero una vez sentados y dispuestos a manejar comienza la parte gratificante, que compensa el sacrificio de poder entrar. La tenida del auto sorprende gratamente desde el primer instante. En la redacción las opiniones fueron coincidentes en ese aspecto: dobla una barbaridad. La reacción del volante es inmediata y a pesar de ir sentado atrás de todo, se percibe la agilidad de movimientos. Claro, hay que acostumbrarse a mirar esa trompa larga desde atrás, pero con unas horas de uso y gracias a la ductilidad de maniobra, la trompa parece acostarse milagrosamente.

Usted se pone su mejor ropa moderna y sale a pasear con el Antique, pero al rato, la metamorfosis se produce, aparece el casquete de tela, las antiparras, el mameluco... ¡y Nuvolari vuelve a vivir!

A la tenida en cualquier terreno contribuye, además de las suspensiones de impecable factura, la distribución de pesos (50% - 50%) sobre los dos ejes, lo que brinda un comportamiento neutro ideal que facilita las maniobras. La sensación de manejo puede compararse con la de un auto de Fórmula, pero de suspensión blanda. Si usted manejó alguna vez uno, sabe de lo que estamos hablando, si no lo hizo, bueno... maneje el Antique e imagine como será un Fórmula...

La tenida direccional requiere alguna que otra corrección de volante pero es lógico esperar esto dadas las características de la suspensión.

Bitácora deportiva

Algunos de los puntos que pudimos detectar y anotar en la libreta de guantera, son los siguientes:

• Las escobillas de limpiaparabrisas no son totalmente rebatibles, lo que dificulta el lavado y limpieza del parabrisas. El eje del motor correspondiente en el auto que nosotros probamos carecía de estrías, lo que lo hacía patinar sobre la unión del mano de las escobillas
• Dejando el auto estacionado bajo la lluvia se juntaba agua en la capota y caja por el borde, mojando a quien pretendía subir.
• El marcador de nafta queda oculto parcialmente por uno de los rayos del volante.

• La bobina de ignición está ubicada en una posición que la deja expuesta a salpicaduras de la rueda delantera. Nosotros nos quedamos sin corriente de noche y lloviendo, tras pisar un charco que la empapó. Este problema se aúna al del agua que se junta entre los largueros del chasis, cosa que se evitaría de contar con un tapa cárter que sellara por debajo el auto.

Resultado: Un gran auto

No es casualidad que el Antique, a pesar de sus molestias menores, sea un gran auto. Detrás de él hay una filosofía: hacer las cosas bien y utilizar materiales, ideas y mano de obra nacionales.

Y a juzgar por los resultados, queda bien claro que el objetivo ha sido logrado.

Texto y fotos: Marcelo García Lobelos

Tres cuartos perfil trasero. La línea del Antique está perfectamente lograda comparándola con un auto de época, sin embargo no es una copia de ninguno en especial. "No quisimos copiar un auto -nos contó Gaggino, el factótum de la idea-, sino reproducir un estilo de época". Pedro Campo, diseñador de la carrocería que plasmó Baudena, invirtió su primer sueldo íntegro en libros de autos vintage. El resultado está

Visto y oído desde la butaca del Antique
"Jefe... ¿de que año es?"

Cuando uno circula con el Antique puede llegar a confundirse y pensar que todas las señoritas lo miran a uno detenidamente con intenciones inconfesables. No hay que equivocarse. Lo que en realidad miran y desean es ese auto tan raro, tan lindo y tan poco común. Si no, haga la prueba.

Después de andar un rato en el Antique y sentir orgulloso el rayo penetrante de cada mirada, pare, estacione el auto en una playa, vuelva a integrarse al caudal humano que circula (...a pie) por las veredas. Allí usted asumirá la definitiva realidad y querrá volver corriendo al "autito" para que lo vuelvan a mirar. Pero además de las señoritas y sus miradas, el Antique y su conductor concitan también las más insólitas e increíbles preguntas y exclamaciones por parte de peatones y colegas automovilísticos.

Quizás la pregunta que más se escucha dentro del Antique sea: "...Jefe... ¿De qué año es?". Y cuando uno -depende de la duración de la luz colorada del semáforo- le contesta que es nuevo, cero kilómetro, el pobre señor - usuario - vecino del semáforo pondrá cara de extrañado y hasta -seguramente- pensará que lo estamos tomado para el churrete.

En orden de importancia en este diálogo callejero espontáneo, viene después la pregunta de "...¿Que motor tiene?" y la respuesta de que tiene un "...Dodge 1800" no parece alegrar a nadie pues seguramente piensan que la respuesta debería ser "... Un Alfa Romeo dos litros" o "... Un Ferrari tres litros con compresor".

Vista de la fábrica Eniak dedicada a la fabricación en serie del Antique, primer paso de mayores logros en la industria del automóvil nacional

De lo que no pueden quedar dudas es de que si, usted quiere pasar desapercibido, no se compre un Antique. Mas bien vaya pensando en un 128 o en un 504 medio viejito, cosa que nadie lo moleste y pueda andar tranquilo y sin cola de paja por estas calles de Dios. Porque ni le cuento que ni con la familia arriba se salva uno de la curiosidad pública.

Si usted hubiera tenido que viajar con la patrona y los cuatro chicos en el Antique hubiera tenido que escuchar cosas tales como... "Que lindos los chicos... ¿como hacen para entrar?" ... o ... "...¡Que bárbaro maestro... con esa familia se tendría que haber comprado una Kombi". Inútil, por supuesto, es el tratar explicar en un tiempo tan breve como es el de los encuentros "semaforiles", algo tan especial de un auto sport que por incómodo que sea le permite a uno disfrutar de otras cosas que, para quien ama los fierros, son más importantes que el confort.

Pero si usted, estimado lector, quiere saber cuales son mis apreciaciones finales de este asunto, le daré dos caminos a seguir: Si usted quiere pasar desapercibido, que nadie se entere donde fue ayer a la noche y si no le interesa dialogar con los otros automovilistas en medio de la calle, no se compre un Antique, lo odiará a los 15 minutos.

Pero si en cambio, usted quiere vivir el clima de un verdadero auto sport, si le gusta el viento pegándole en la cara a 120 km/h, y si goza como un energúmeno sintiendo en las asentaderas cada curva, cada acelerada... entonces cómprese un Antique.

Por Jorge A. Augé Bacqué

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CONCLUSIONES

Pro

VELOCIDAD MÁXIMA 163.510 KM/H
Promedio de dos pasadas

La cerradura de puertas queda expuesta y golpea la rodilla al ascender o bajar del auto

Suspensión delantera al estilo Pedro Campo, muy efectiva y balanceada

Los ventiletes delanteros poseen un sistema de levas automático que los abre y los cierra cuando las ventanillas están colocadas. Muy original

Las preguntas sobre el Antique

Muy llamativo, el auto fue blanco permanente de miradas y preguntas constantes. Entre el sinnúmero de respuestas que tuvimos que dar elegimos las "mas populares" para reproducir aquí, reflejando lo que contestábamos sobre el Antique:

- ¿Es importado?
- No. Es totalmente nacional

- "Que motor tiene?
- Volkswagen (Dodge) 1.8 con preparación Balestrini. La caja de cambios es la standard "milqui" y el diferencial Transax.

- ¿Es de plástico?
- Solamente los guardabarros y el torpedo, el resto del auto es metálico.

- ¿Se vende en kit para armar o adaptar una mecánica?
- Definitivamente no; a diferencia de autos de aspecto similar, el Antique es el producto de una fábrica, no un kit más.

- ¿Que suspensión tiene?
- Independiente en las cuatro ruedas, con grupo resorte amor. Es además, el primer auto argentino con estas características (de serie, por supuesto).

- ¿Tiene chasis?
- Si. Es una estructura portante de caños, forrada en chapa.

- ¿Me lo presta una vueltita?
- No.

Volante de madera, reproducción de época, un detalle de lujo

La rueda de auxilio está fijada mediante correas de cuero, pero tiene un seguro que se destraba desde el interior del auto

El diferencial y los palieres especiales del Antique. Por medio de estos elementos se pudo lograr la suspensión independiente en las cuatro ruedas

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Revista Parabrisas Nro 103. Diciembre de 1986

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