Pruebas de autos argentinos

Dodge 1500 M 1.8 Rural - 1978 La familiar de Chrysler Revista Corsa Nro 643. Septiembre de 1978

Junto a las modificaciones de trompa y faros de cola que introdujo Chrysler en su línea "milqui", apareció la nueva rural Dodge. Con ella circulamos más de 8.000 kilómetros por distinto tipo de caminos y cuaderno de apuntes en mano sacamos nuestras conclusiones sobre la versión familiar. Los pro y los contra a partir de aquí

A excepción de cuando realizamos el road-test del Renault Alpine, versión que todavía no había sido presentada oficialmente, pocas veces los automovilistas nos indagaron tanto -de ventanilla a ventanilla- acerca de nuestra opinión sobre el nuevo Dodge M-1.8 en su modelo Rural. "Y ... ¿Qué tal? ... ¿Cómo anda?". "Es muy linda, pero ¿el motor es el mismo?" "¿Que hago, cambio la que tengo o no vale la pena?" En fin, se podrían llenar paginas pero lo cierto es que la Rural Dodge despertó interés en el público argentino.

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Como siempre, las opiniones están divididas. Hay quienes aseguran que es "divina" y quienes opinan que se parece a una "ambulancia". Nosotros, objetivamente, estamos alistados en el bando de los primeros. Más aún, nos parece la rural más lograda de la industria nacional y mucho más agradable de líneas que el sedan de Dodge. Claro que no hay que olvidarse del cambio de parrilla, faros delanteros y traseros. Sin duda, ese reemplazo hizo que el diseño ganara carácter, algo que no tenía el modelo anterior con sus tímidos faritos delanteros y su parrilla cuadriculada.

Mirándolo de frente los nuevos Dodge son más agresivos, más personales y, aunque parezca mentira, hasta dan la impresión de ser más sólidos, robustos. Discrepancias aparte, un styling logrado. Atrás, los faros de posición integrados a la línea de la cola similares a los de su hermano europeo, el británico Hillman Avenger.

En síntesis, la línea de la Dodge Rural nos gustó, y bastante.

De frente... ¡March!

La columna de dirección, como ya es tradicional en los Dodge, está iluminada, lo que ayuda a encontrar el alojamiento de la llave de contacto en la oscuridad más absoluta. El arranque era algo lento (en nuestra unidad, por supuesto) y hacía falta bombear el acelerador para que el motor se pusiera en funcionamiento. Otra cosa, imprescindible el cebador.

La posición de manejo es algo extraña pero luego de andar un par de días se llega a la conclusión de que no es incómoda. Las piernas quedan un poco flexionadas, aunque, insistimos, no es incorrecta. El volante es de buen diámetro y agradable "grip". La butaca es confortable y ofrece muchas variedades de regulación. Para altos, flacos, petisos, gordos, bajitos ,etc...

El embrague es de accionamiento suave aunque el acople es algo brusco. A medida que le fuimos haciendo kilómetros fue mejorando y sobre el final funcionaba con efectividad. El acelerador (a cable) es algo gomoso, pero todo es cuestión de costumbre. El pedal de freno es correcto y la eficacia de los mismos, intachable.

La palanca de cambios es de accionamiento rápido y preciso, está a una distancia lógica del conductor y rematada por una bocha alargada parecida a la que utilizaban los Fiat-IAVA.

Apenas se circula unos metros, al primer intento de pisar el acelerador más de la cuenta se encenderá la "lucecita de consumo" que no es más que un vacuómetro luminoso en lugar de uno convencional con aguja y que indica el vacío que se forma en el múltiple de admisión. De esa manera, la señal permite conducir en la ciudad utilizando la menor cantidad de combustible que sea posible lo que representa según test que hicimos hace un tiempo, un ahorro del 30 % de nafta al cambiar la forma de manejo. Valor, como se verá, nada despreciable para los austeros.

En ruta, en cambio, si el conductor tiene tendencia al "andare vivace" la señal luminosa estará casi todo el tiempo encendida, lo que, como informamos en recuadro aparte, es bastante molesto. De cualquier modo, si usted es fanático del consumo y en lugar de preocuparle llegar a Córdoba en 7 horas le interesa hacerlo con sólo 70 litros de combustible, la lucecilla le será sumamente útil.

CONCLUSIONES

Pro

• Línea muy lograda. Agradable estéticamente
• Buenas luces altas y bajas
• Luz de estacionamiento (balizas intermitentes)
• Cinturones de seguridad completos (bandolera combinada)
• Línea completa de accesorios de confort
• Buenos frenos
• Correctos valores de aceleración
• Buen andar en caminos malos
• Tablero de instrumentos completo y de buena calidad
• Efectiva señal luminosa del consumo (especialmente en ciudad)
• Radio de excelente recepción
• Espejo retrovisor externo
• Muy maniobrable en cualquier circunstancia

Contra

• Mucho olor a nafta en el habitáculo (con el tanque lleno)
• Se aflojan las tuercas del múltiple de escape
• Escasa velocidad final para un 1.800 cm3
• La falta de ventiletes complica la ventilación
• Neumáticos poco aptos para circular con lluvia
• Accionamiento de caja impreciso (3era y MA)
• Motor poco elástico por culpa del carburador
• Controles de luces, desempañador y escobillas de luneta mal ubicados

Puntaje final; 78.33

VELOCIDAD MÁXIMA 152.465 KM/H
Promedio de dos corridas en sentidos opuestos

10 días con el sedán M 1.8

Diez días antes de recibir la rural para el test, Chrysler nos entregó un 1,8 para comparar. Este nuevo modelo tiene los cambios más importantes en la parte exterior, al margen de un nuevo tablero más completo y de fácil lectura.

El comportamiento del 1,8 en ciudad me pareció similar al de la versión anterior; es decir, correcta aceleración para nuestro tránsito, andar sereno en el asfalto y muy buenos frenos para cualquier tipo de piso.

Como negativo, la suspensión es demasiado dura para la ciudad. En el empedrado el auto salta permanentemente y copia demasiado todos los desniveles. Otra de las contras es la compleja puesta a punto del carburador. Por eso generalmente el motor se para o no regula correctamente y en muchos casos andando a pocas vueltas se ahoga.

En ruta hicimos un viaje de setecientos kilómetros, con un balance positivo: no hay problemas de andar a bajas revoluciones y los de la suspensión dura.

A velocidades superiores el andar es bueno, dobla bien y frena aún mejor, dando sensación de muy seguro. Las luces para la ruta son óptimas, y el tablero y todo el instrumental es de fácil lectura.

También nos tocó andar en piso mojado y la tenida del auto, a una velocidad lógica, es buena. El único inconveniente que noté viajando en ruta es que la trompa flamea un poco dando la sensación de moverse bastante. Esto se da a velocidades elevadas solamente.

En general el balance es positivo, tratándose de un auto mediano y de las necesidades de un modelo de estas características.

J. Fernández Morano

La quinta puerta abierta muestra el inmenso baúl de la rural Dodge. Piso moqueteado y lugar para lo que se quiera. Ideal para viajes largos

¿Por qué autoencendido?

Se nos presentó el problema inmediatamente. Apenas lo sacamos de Chrysler y tras andar por el centro, al detener el motor se producía el famoso fenómeno de autoencendido, ese que hace temblar todo el motor y que sacude al cigüeñal con singular violencia.

Obviamente, creyendo que somos muy entendidos, supusimos que el motor estaba fuera de punto, una de las razones más usuales del fenómeno. Sin embargo, encontrándonos un día con Carlos Akel, nos comentaba:

"Es el mismo problema que tienen otros motores de baja compresión. La nafta viene con mucho plomo y entonces empasta y ensucia las bujías mientras que en los motores de alta compresión debido a la mayor temperatura de la cámara de combustión, no se produce ... no es culpa del motor".

Viajando a altas velocidades el motor se "limpiaba" pero a poco de circular en el tránsito lento volvía a empastarse y "ensuciase". Si esto te sucede su nuevo Dodge, la culpa no es de Chrysler.

La nueva parrilla y los faros integrados a la misma han mejorado muchísimo la estética del M-1.8. El paragolpe es fino y muy pegado a la carrocería

Como ya anticipamos en el texto, el tablero es diez puntos. Fácil de leer, elegante, y de funcionamiento correcto

Los comandos. Esos comandos

Varias veces los hemos criticado pero volvemos a la carga contra los comandos del Dodge M-1,8. Si usted nunca tuvo un "Milqui" prepárese a estudiar el manual que tiene en la guantera. Caso contrario, correrá el riesgo de no encontrar las luces, ni la bocina, ni las luces de posición...

Sobre el tablero al lado de los comandos de calefacción hay dos teclas que corresponden al desempañador de luneta y ventilador de calefacción. Al lado de la columna de dirección, allá abajo y muy escondida hay otra "tecla" que en el primer tope hace funcionar la escobilla de la luneta y en el segundo lanza el chorro de agua contra la misma.

Del otro lado del tablero, también por allá abajo de todo y con antifaz está la correspondiente a luces de posición y reglamentarias. A su izquierda una ruedita tipo dial que es el reóstato de la luz del tablero. Por último están los dos brazos que nacen en la columna de dirección por la izquierda. El más largo es indicador de viraje y apretado hacia adentro, bocina. El más corto comando de luces altas y bajas. Por la derecha un brazo único que comanda la regulación de frecuencia del limpiaparabrisas (girándolo) y presionándolo lanza el chorro de agua contra el parabrisas haciendo funcionar las escobillas.

Vea también

Road Test del Dodge 1500 M 1.8
Revista Corsa Nro 481 de Agosto de 1975