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Gustavo López Productor de Seguros

Test del Ayer

Pruebas de autos argentinos

Por Gustavo López
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Chevrolet Chevy SS 250 - 1970

 

Con moderadas ambiciones deportivas

 

Revista Automundo Nro 270. Julio de 1970

 

Chevrolet Chevy SS 250
En curvas veloces, tomadas a fondo, ya se vislumbra la tendencia subvirante, mientras la cola, del lado interno, se solivianita

 

Estilizado, suave, sencillo, el Chevy SS "250" esconde más sabor deportivo del que aparenta. El usuario común con veleidades "tuercas" encontrará en él lo que busca. Carlos Enrique Pinto, Orlando Ríos y "Kaoru" se dedicaron a descubrir su intimidad. El informe

TARDÓ EN APARECER, pero GM colmó las expectativas, A fines del año último presento el Chevy. El modelo corresponde al Nova estadounidense, ya comentado en el país.

El nacimiento se apresuró como respuesta a las exigencias del mercado y a los intentos de otras empresas. Los modelos Chevrolet (Súper, Special y Rally Sport), derivados todos del 400 aparecido en 1963, representan ahora la línea tradicional de ta empresa. El Chevy se ofrece como la renovación de un estilo de automóvil al que et éxito no dejara de acompañar.

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GM optó por la línea de actualidad. Para satisfacer los más variados gustos y bolsillos, creó versión familiar, económica y deportiva. Con opción de das motores, "230"/"250". Además, el lanzamiento siguió la tendencia de entregar modelos nuevos a precios similares que los reemplazados.

La estética

El Chevy luce la mas pura línea de inspiración norteamericana, introducida por GM a partir de 1968, dibujo en pirámide trunca para el habitáculo, amplias parrillas, flancos sinuosos y el remate de la original cola. Los cromados, habitual exceso de los modelos norteamericanos, se obviaron en la versión nacional. Hay que tolerar el gran paragolpe, una gruesa bagueta en la zona inferior de los laterales y dos decorativas entradas de aire simuladas sobre el capot en el modelo SS.

Así, el Chevy se ganó la admiración de los defensores de la concepción norteamericana y el respeto de los puristas, que prefieren la máquina de inspiración europea.

Chevrolet Chevy SS 250
El generoso despeje permite la circulación por seudo-caminos

La estética

La carrocería se construye integralmente en acero soldado y forma un solo bloque rígido con el casco. Las chapas que constituyen los laterales, el techo, piso y mampara de separación habitáculo - baúl, completan el cajón cerrado que disipa las cargas de la suspensión trasera.

Un notable punto de rigidez y que aísla al vehículo de las vibraciones de la suspensión delantera, está a cargo de un subchasis, que se une en la prolongación del torpedo para convertirse en piso. Este subchasis se vincula a la estructura mediante placas de goma que absorben algunas irregularidades de la marcha.

El elemento elástico delantero lo forman un resorte helicoidal con un amortiguador telescópico. Son parte de un paralelogramo deformable, cuyos vértices internos se articulan al subchasis. Hacia fuera, un pequeño portapunta de eje sostiene, además, el freno de disco.

La ancha base de las parrillas, ancladas en el subchasis, eliminan los esfuerzos longitudinales en los momentos de frenaje, aceleración o en curvas. La suspensión trasera posee el dibujo clásico de eje rígido, amortiguadores y ballesta semielíptica.

El esquema reina en la mayoría de los automóviles de origen norteamericano y carece de tensor para controlar los esfuerzos longitudinales. Frenos traseros de tambor completan el doble circuito de seguridad que controla todo el sistema.

Un comando de vacío -servo- disminuye la presión que hay que efectuar sobre el pedal de freno. Sólo un aspecto perjudica al sistema. El pedal se encuentra encima del comando acelerador, lo que aumenta el tiempo entre la reacción y la puesta en marcha del sistema. Además, dificulta la operación de "punta y taco".

Chevrolet Chevy SS 250
A pesar del balanceo, típico de un auto americano, la suspensión es firme

Habitabilidad

El interior del Chevy denota las influencias de las reglas de seguridad que imperan en Estados Unidos. Estas regulaciones beneficiaron también la estética interior de los automóviles al eliminar molduras y adornos, acrecentándose la sobriedad.

La unidad en prueba contaba con tapizado de tela vinílica, imitación cuero negro.

Asientos, techo, laterales y tablero adquieren así aspecto sobrio, con ventajas adicionales: no reflejan luz, resisten el maltrato y son lavables.

Las dos butacas delanteras no lo son en realidad. Podrían considerarse como individuales con una ligera concavidad. En curvas cerradas a elevada velocidad no impiden el deslizamiento lateral del ocupante.

Los respaldos no son reclinables, y en el caso del conductor se encuentra próximo al volante. Para alcanzar una correcta posición de manejo hay que correr el asiento hacia atrás y, en consecuencia, se perjudica la comodidad de quienes viajan en el asiento posterior.

El tablero, de sobria presentación, incluye guantera con cavidad para los más elementales servicios. Para linternas y otros objetos, hoy indispensables, habría que habilitar una consola sobre el túnel central.

Chevrolet Chevy SS 250
El Chevy cambia con facilidad de dirección. Tiene generoso ángulo de rolido y comportamiento subvirante, con deformación del neumático externo

El instrumental de abordo comprende un cuentavueltas electrónico, un velocímetro, odómetro, además de indicadores de temperatura y presión de aceite. El panel, embutido, evita molestos reflejos diurnos o nocturnos. Todos los controles, así como la radio, se encuentran a exclusiva disposición del conductor. La calefacción, de sencillo accionamiento para quien maneja, cumple su función con creces y mantiene correcta circulación de aire. Para abrir las ventanillas y ceniceros se requieren esfuerzos desusados.

La insonorización de la cabina y un motor silencioso permiten conversar sin levantar la voz aun a 140 km/h. Para hacerlo a 160 km/h, una leve alteración de tono basta.
La visibilidad delantera es amplia. Hacía atrás los anchos parantes laterales producen puntos ciegos de gran superficie. Un espejo retrovisor ubicado sobre la puerta del conductor tiende a facilitar la visión del lado izquierdo. La cabina impide le penetración de elementos extraños: en caminos de tierra no entra polvo.

Chevrolet Chevy SS 250
En la tierra es sumamente fácil "bambolear" la cola. Un leve volantazo corrige la dirección de marcha. El polvo no penetra en la cabina

El sistema de limpia y lavaparabrisas, no siempre eficaz a elevados promedios, tiene dos velocidades reguladas por un motor eléctrico.

La circulación nocturna a mas de 100 km/h y con lluvia se complica por los dos faros únicos de bajo potencial. Este aspecto, por el que AUTOMUNDO brega desde hace ya tiempo, debería recibir la misma dedicación y criterio empleados para colocar los cinturones de seguridad tipo bandolera. Otro acierto en el rubro seguridad es la columna de dirección telescópica, que se hunde 15 cm en caso de impacto. El volante que equipaba a la unidad es del tipo deportivo denominado de F1: a pesar de sus rayos calados y aspecto aguerrido, el centro está ligeramente hundido para evitar heridas en el pecho del piloto en caso de accidente.

Sobre la columna de dirección, a la izquierda, se encuentra el mando de luces indicadoras de viraje, y a la derecha, un seguro que prende y apaga intermitentemente las de estacionamiento indicando peligro. En fin, una más de las seguridades que se exigen en Estados Unidos. La última de ellas incluye el freno de mano, en este caso accionado por un pedal, de gran efectividad.

Chevrolet Chevy SS 250
El paralelogramo deformable delantero tolera uso y abuso. Las combas varían solo en 4.30 grados

Motor

Impuesto definitivamente en el mercado, publicitado por sus triunfos deportivos, el motor "250" es opcional en el Súper Sport. Equipaba la unidad probada por AUTOMUNDO. A pesar de una performance respetable, no dio la sensación de disponer de los 32,6 kgm de torque a 1.500 rpm anunciados por los fabricantes. El aumento del par motor respecto de motores precedentes, se obtuvo, con el incremento de la compresión, que ahora es de 8,5 a uno, guarismo admitido por el octanaje de las nuevas naftas. La caja de velocidades, con una segunda relación larga, fue la causante de que el Chevy saliera con desventajas en enfrentamientos con vehículos de similar potencia cuando se trataba de "picar".

Los 4.100 cc y la baja potencia específica facilitan la resistencia y nobleza de los metales del "250". Toleró por varias horas a máximo régimen (4.300/4.500) un largo viaje, sin mostrar signos de fatiga, alta temperatura o falta de presión de aceite. Ni siquiera se salió de punto y en los momentos críticos no aparecía como exigido. El rebote de válvulas (seguro contra los regímenes peligrosos) se hizo presente en los cambios intermedios a las 4.800 rpm.

En ningún momento se comportó con rudeza; por el contrario, se mostró sumamente elástico soportando hasta el más torturante manejo.

Chevrolet Chevy SS 250
Las líneas del Chevy condicen con la acción plena. Pese a su tamaño, el vehículo parece más chico. La ausencia de cromados excesivos lo favorece

Características técnicas

Motor

Chevrolet 250. 6 cilindros, válvulas a la cabeza. Cilindrada 4.090 cm3. 7 bancadas. Relación de compresión 8.5:1. Diámetro por carrera 99.43 x 89.66 mm.

Transmisión

Tracción trasera. Embrague monodisco seco. Caja de velocidades ZF de 4 marchas totalmente sincronizadas. Relación final 3.36 a 1, 3.55 a 1. Diferencial autoblocante 3.08 a 1, 3.36 a 1 y 3.55 a 1.

Frenos

Delanteros de discos. Traseros de tambores. Circuito hidráulico doble con servofreno

Suspensión

Delantera. Independiente, paralelogramo deformable con resortes helicoidales y amortiguadores telescópicos.
Trasera. A eje rígido con ballestas semielípticas y amortiguadores telescópicos.

Dimensiones y capacidades

Tanque de combustible de 70.3 litros. Cárter de 3.7 litros. Sistema de enfriamiento de 12.3 litros. Capacidad. 5 personas. Largo total 4.74 m Ancho 1.79 m Alto 1.37 m. Distancia entre ejes 2.81 m. Peso en orden de marcha 1.527 kg.


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VELOCIDAD MÁXIMA 169.500 KM/H
Promedio de varias corridas en sentidos opuestos

ACELERACIÓN

0 a 40 km/h

3.6 s

0 a 60 km/h

5.2 s

0 a 80 km/h

7.9 s

0 a 100 km/h

11.2 s

0 a 120 km/h

17.3 s

0 a 140 km/h

25.5 s

0 a 160 km/h

40.0 s

0 a 120 km/h en IV

22.1 s

CONSUMO

a 80 km/h

10.0 km/l

a 120 km/h

7.4 km/l

a 140 km/h

5.5 km/l

La prueba de aceleración se hizo cambiando a 4.300 rpm

EN MARCHA

El Chevy SS "250" es un automóvil para el usuario común con moderadas ambiciones deportivas.

La intención del fabricante puede considerarse cumplida: obtuvo una versión accesible para el sector "tuerca" del mercado. Incorpora una caja de cuatro velocidades, palanca al piso, tacómetro, frenos delanteros de disco, llantas deportivas y atractivo dibujo externo. Todo ello sin renunciar a la seguridad (excepción hecha de la iluminación), dureza mecánica, suavidad de marcha y facilidad de manejo.

La suspensión es blanda, típica de coche norteamericano, aunque sin balanceos ampulosos. La circulación en ciudad, con baches, y en ruta, en camino poceado, es excelente. Por lo demás, el sistema de dirección se muestra liviano, bien multiplicado y seguro.

La caja de cuatro velocidades, precisa y de suave accionamiento, no deja traslucir las vibraciones de la transmisión. La distribución del mando facilita los rápidos rebajes, y la justeza de la horquilla asombra en un automóvil de paseo.

La marcha atrás, en cambio, ofrece dificultades para su conexión, pero sólo requiere acostumbramiento.

Las marchas están bien escalonadas. La segunda, un tanto larga para el gusto deportivo, tiene razón de ser para la circulación en tráfico denso a fin de evitar cambios.
Tercera y cuarta impiden, mediante suave rebaje sincronizado (todas las marchas lo están) que el motor pierda revoluciones. La operación de taco y punta resulta innecesaria con la sincronización. Empero, si se la quiere practicar, hay que variar la altura del freno y la distancia al pedal del acelerador.

Se puede rodar a 25 km en cuarta y acelerar suavemente, o explotar la caja de cambios manteniendo la aguja del cuentavueltas en las 2.500 rpm. Tanto sabor deportivo paga su precio: el gasto de combustible.

Para picar normalmente de 0 a 90 kilómetros por hora se requieren 110 cm3. Viajando en ruta, continuamente "a fondo", unos 165 km/h, 21,5 litros cada 100 km. A una velocidad crucero de 120 km/h se recorren 7,4 km/litro. Una caja de tres velocidades reduciría el consumo, aunque se debería renunciar a la performance de los cuatro cambios. La ausencia de un diferencial autoblocante, que es opcional, impidió comprobar otros limites.

Chevrolet Chevy SS 250

Alberto Bruno, piloto de carreras, se encontró cómodo en el habitáculo del Chevy; con solo correr la butaca hacia atrás se obtiene posición de manejo satisfactoria. La palanca de cambios, precisa, comanda una caja ZF

EL LIMITE INESPERADO

Cuando se comenzó a circular con velocidad en el autódromo o en zona montañosa, el Chevy sorprendió por una cualidad inesperada: doblaba mejor que lo que podía pensarse.

Respondió con seguridad y franqueza, ausente en los modelos que lo precedieron. Toleró el uso y el abuso más allá de un límite lógico para un automóvil de esas dimensiones, peso y característica de suspensión.

Doblando a fondo, en tercera o cuarta, se mostró subvirante. No obstante, la dirección respondió en todo momento y el tren delantero denotó una firmeza inusitada.
El rolido, nada despreciable y típico en un auto norteamericano, representó apenas una leve incomodidad, precio que se debe pagar para disfrutar de suavidad de marcha.

Sólo en el limite se nota en el tren trasero la falta de reactores. Las ballestas comienzan a torsionarse y el eje rígido "zapatea". El automóvil se desliza de costado y pierde su condición subvirante, sin intentar salidas o escapes imprevistos.

Llegado el "clímax" de un viraje, basta un pequeño golpe de volante para evitar que la cola se desmande, tendencia que se repite en frenadas a fondo y alta velocidad.

Los frenos son más firmes y nobles que en el modelo anterior. Sólo en momentos de gran apuro, luego de exigirlos, aparece el "fadding".

Chevrolet Chevy SS 250
El amplio vano motor alberga el "250", que toleró horas de marcha a fondo sin acusar temperatura o falta de presión de aceite

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Por Gustavo Ernesto López

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