Pruebas de autos argentinos

Renault 40 "Torino" - 1974   El Torino que nunca existió   Revista Road Test Nro 69. Julio de 1996

Superada la etapa exitosa de los Torino, la empresa que lo produjo pensó en continuar su fama a través de un vehículo que, utilizando los órganos fundamentales de aquel, pudiese mantener la presencia en el segmento de los autos llamados grandes. Influenciado por los nuevos dueños de la sociedad ese Torino "que-no-fue" tuvo una neta inspiración francesa y en especial de la línea Renault

Uno de los desarrollos más interesantes de la industria automotriz nacional de los años '70 fue el llamado "Proyecto Renault 40"que implicó el estudio y realización de un vehículo que, por razones que aún no han sido del todo esclarecidas, quedó estancado en el nivel de "prototipo" hoy recluido en un espacio del Museo del Automóvil de la Ciudad de Córdoba.

Los entretelones de todo lo que implicó la puesta en marcha y ejecución del proyecto son un recuerdo muy lejano. Queda muy poca gente en servicio que haya tenido algún contacto o participación en este emprendimiento truncado. Pero gracias a esos pocos hemos podido reconstruir lo que se hizo y lo que no se pudo hacer.

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La idea surgió en 1972 y los trabajos previos se extendieron hasta 1974 con un objetivo claro y bien definido: crear un sucesor para el Torino, un modelo muy exitoso de la marca que, desde 1967, venía impactando en el ambiente local por sus éxitos deportivos.

El Torino era un auto grande, mitad europeo y mitad americano en su concepción pero que respondía en líneas generales más a la filosofía del vehículo norteamericano que a la del auto francés. Como Renault ya había desplazado totalmente en la empresa a Kaiser, había que encontrar un sucesor del Torino que respondiera a un nuevo concepto tecnológico y estilístico.

El Torino "nonato" que hoy reposa en el Museo del Automóvil de Córdoba constituye un compromiso en sus líneas, de estilos norteamericanos y europeos. El conjunto se creó para aprovechar la totalidad de los órganos mecánicos del Torino 380

Pero el Torino era un auto muy exitoso y no se lo podía borrar del mapa. Por ello era menester "afrancesarlo" en un desarrollo íntegramente hecho por Renault. La estructura primaria o "cascarón" original del R-40 se hizo en Francia, con la participación de un equipo de Renault Argentina que se instaló allí armando, junto con sus colegas franceses, el primer prototipo. Desde la Regie Renault llegó a Córdoba una maqueta 1-1 de la que partiría el diseño original.

Esto estuvo listo hacia 1975, casi justo en el momento en que estalló la crisis petrolera más importante que se tenga memoria, un hecho que a la postre habría de tener singular trascendencia para la marcha del proceso.

Venida la "cáscara" de Francia (si se lo observa detenidamente se verá un cierto parecido, o al menos un parentesco, con las formas del Renault-18, sobre todo en el perfil y la cola) se comenzó con el desarrollo auténticamente nacional o sea con la vestimenta de la carrocería y la creación de todas las piezas y componentes interiores del vehículo.

Fue un trabajo realizado por fases: la primera fue la de rescatar lo utilizable del Torino que fueron el motor de 6 cilindros en línea, 7 bancadas y 3.800 cm3' y la caja ZF de 4 marchas. Además se utilizaron también el diferencial y los elementos de la suspensión.

La parte interna del R-40 correspondía a un Torino en su última versión. No así el resto, que era totalmente diferente. Debe destacarse en todo este ir y venir de información la capacidad de diseño y el buen apoyo que se encontró en la industria local de autopartes de aquella época.

Casi todos los componentes fueron objeto de un trabajo artesanal y en algunos casos, se realizaron piezas a mano como los laterales de los vidrios y ventiletes, los mecanismos de apertura y cierre de puertas, etc...

En sus laterales, y sobre todo en su superficie vidriada, recuerda notablemente a los R-20 y R-30

Si bien el auto definitivo tendría muchas partes de plástico, en el prototipo se debieron construir en chapa. Era un auto grande y en sus dimensiones y pesos respetaba bastante el espíritu conceptual del Torino estando en el orden de marcha en un peso de 1.550 Kgrs. Para poder industrializarlo, como era la idea original, se requería mucho trabajo de modelistas que, en base a la maqueta 1-1 tuvieron que tomar la información y parcializarla en planos para cada pieza.

Por ejemplo, para hacer el parabrisas hubo que sacar una copia en resina epoxi, de allí una contracopia con una base de aluminio fundido para mantener la estabilidad de la copia. De allí salía la "información" para que el proveedor hiciese su trabajo. Cuando el proyecto llegó a su fin, se inició la última fase que era la de los ensayos y pruebas de larga distancia en ruta. Estas se hicieron de acuerdo a los cánones clásicos de la época con las unidades camufladas como para que la gente que se cruzaba estos aparatos en la ruta no los pudiese identificar.

Luego de terminadas las pruebas y aprobado técnicamente el auto, se organizó una cumbre comercial y directiva en una gran estancia ubicada en la zona limítrofe entre Córdoba, San Luis y La Pampa. La reunión duró una semana de trabajos de evaluación y discusiones.

Finalmente, se tomó una decisión definitiva: "se archivan las actuaciones" y el sucesor del Torino pasó a ser un esfuerzo inútil. En aquella decisión privó, seguramente, la idea que había sobre el futuro de la industria automotriz y que indicaba un mal mercado para los autos llamados grandes.

Pocos años más tarde el Torino fue reemplazado por el Renault-18. salvando las distancias, claro está, pero esta historia merecía ser contada porque fue uno de los desarrollos más completos realizados en la Argentina y que demostró la potencialidad de la industria nacional.

El Torino "que-no-existió" quedará. simplemente, en el recuerdo de todos agradeciendo que aquel prototipo no haya sido "descuartizado" en su momento lo que nos da la posibilidad de tener un testimonio vivo de una buena idea.

Texto y fotos Miguel Colazo